Ron and
Rachel where coming to Alicante to visit Ron´s parents. They came
aaaaaall the way from New York , the city of lights and many other
things (more than 6000 km away!).
They were
interested in doing a wine tour, to get to know the local wines and Alicante´s
country side. We arranged to do this and we offered them to take a trial-tapas
Tour in Alicante city. They liked this idea so our first
meeting was Alicante´s “lovely” (1) new casino.
On this
tour, we did an orientation walk around the city centre to see some of the interesting
places Alicante offers and talk a bit about the history of Alicante . Then we visited various popular bars/restaurants, where we had a taste of the local tapas. We wanted to finish the design of this new tapas tour in Alicante (available now in our web).
Rachel and
Ron discovered many new flavours and dishes they had never tried before,
accompanied by a beer or two and a lovely wine that Jaime, the owner in Lo Nuestro Restaurant, offered us.
The tapas
we chose were brave like; sangre (blood pudding with onion sauce), ensaladilla
rusa (potato, tuna, veggies & mayo salad), pericana alicantina (dish made
with the skin of the cod fish and garlic), calamares a la romana (calamari),
pepito de ternera (pork medallions in bread&butter). They loved them all
(pretty much) although Ron did not like the tiny prawns.
In three
hours we had plenty of food and drink and they went home happy and ready to
have a “Spanish siesta”. We arranged to meet up for the wine tour the following
day.
Next day,
we woke up early in the morning and started our trip to la Algueña, our
favourite place of this month. We left from Villamartin, a place unknown by us
up until today, and Rachel, Ron and his mum Lily, let the adventure began…
As they
were staying near Torrevieja, our itinerary to Algueña was different. We took
the A7 direction Catral, San Isidro & Albatera. As we passed Albatera we
started to climb up a mountain. We did not expect this. It was a beautiful area
that made the contrast between the coastal villages and Hondon´s Valley even
more interesting. Very nice this way by the way.
We made our
usual stop to see the quarry El Monte Coto and tried some of the grapes in one
of the vineyards. They were almost ready but still a little bit green.
Once in la
Algueña, we stopped to buy some “coca de aceite”, a special savoury bread
similar to Italian focaccia, that goes really well with the wine tasting. We
normally park the car in front of a house that has a green wooden door. This
house is special and we discovered why on this trip…
When we
stopped, the door opened and two men came out of the house. They were opening
the doors wide open so the light could come into the house to take some
pictures. It was a blacksmith´s house. They greeted us with a wide smile in their
faces, we returned the greeting and ask them what were they doing in there. A
documentary. A local newspaper was interested in this old profession and wanted
to take some pictures. This place seemed to be out of a medieval film. A
fireplace to heat the iron or steel, an old anvil and hammer, many different
tools to work these metals of all sorts and ages…
The
blacksmith (a “monument-alive” as his friend was calling him) was very
friendly with us (as it is common for people of Algueña) and invited us to
take some pictures with them.
In our
Picasa album you can see this pictures.
This was a
surprise for all of us and an extra spontaneous value to this trip. Nothing
like our New York visitors could find in their home town.
Delighted
with the beauty of travelling, we carried on to the winery where Paco and
Cristina (our wonderful hostesses) waited for us to show us all the facilities and
to taste their lovely wines.
We did the
visit and the tasting that everyone liked. With some wine in our stomachs we
started giggling and saying silly things. For example we changed all our
visitor´s names. Ron was Ronaldiño, Rachel was Raquel in Spanish and Lily,
Lolita. We didn´t stop here and we also had names for their relatives that were not
here; Allan was Alancito, Jane was Juanita and Jo, become Pepito.
With these
giggles and fooling around a bit more we finished the visit and went to the
village to walk around for a bit and then we went for lunch to a local
restaurant where we had a taste of the different local dishes.
Again, a
lovely day out accompanied by very friendly people that finished this tour,
once again, with a smile in their faces and wanting a “Spanish siesta” very
much.
A big hug
to Raquel, Ronaldiño y Lolita. We hope you had a wonderful time with us and
also hope to see you back in Alicante soon.
Note (1):
From here we would like to state that we do not like Alicante´s casino at all.
It spoils the charming views of the harbour. Can we not take the horrible neon
lights away please?
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Rachel y Ron venían a Alicante para visitar a los padres de
Ron. Volaron desde Nueva York, nada más y nada menos, ciudad que se encuentra a
más de 6000 km de Alicante.
Estaban interesados en hacer una ruta del vino, para conocer
los vinos de la zona y también las zonas rurales de la provincia. Reservamos la
ruta del vino y además les ofrecimos hacer una ruta de tapas por Alicante que
estábamos probando. Les gustó la idea, así que nuestro primer punto de
encuentro fue en el “precioso”(1) casino nuevo de Alicante.
En esta Ruta de Tapas, primero caminamos un poco por la
ciudad conociendo lugares interesantes y hablando un poco de la historia de la
ciudad y después visitamos varios bares conocidos de cocina de mercado, lugares
que estábamos probando para hacer el ya nombrado Tour de Tapas (que ya podéis
ver por cierto en nuestra web).
El caso es que Rachel y Ron, descubrieron muchos nuevos
sabores y platos diferentes, acompañados de alguna cervecita y un vino de
Alicante que, Jaime el dueño del Restaurante Lo Nuestro, nos dio y que estaba rico,
rico.
En tres horas nos pusimos las botas y ellos regresaron a
casa felices y listos para una “Spanish siesta”. En ese momento quedamos para
el próximo día, realizar la ruta del vino.
La siguiente mañana, fresquitos y recién levantados, nos
pusimos de camino a la Algueña, nuestro lugar favorito del mes, para hacer la
visita a la bodega y la cata de los caldos de Alicante. Salimos desde
Villamartin (lugar desconocido para nosotros hasta este momento) y además de
Ron y Rachel, nos acompañó Lily, la madre de Ron.
Como estaban alojados cerca de Torrevieja, nuestra ruta a la
Algueña fue diferente. Tomamos la A7 dirección Catral, San Isidro y Albatera.
Al pasar Albatera, comenzamos a subir montaña. Esto no nos lo esperábamos.
Subimos como un pequeño puerto de montaña cercano a Serralba. Una zona muy
bonita que marcó todavía más el contraste de la zona costera, tan urbanizada y
en-ladrillada por todas partes, y el valle de Hondón de los Frailes, lleno de
cultivos de todo tipo, bosques y montañas. Muy chulo este camino.
Hicimos la parada habitual para ver la cantera del Monte
Coto, probamos un poco de uva de unos viñedos cercanos (sólo cojimos un
racimito pequeño para todos! ) y continuamos la ruta.
Una vez en la Algueña paramos para comprar una coca deaceite (vamos a mencionar que todavía no lo hemos hecho la riquísima coca de
aceite que hacen aquí en la Algueña y que es ideal para hacer la cata de vinos,
normalmente vamos a la panadería San Juan, en donde Bárbara nos atiende siempre
de maravilla). En esta paradita que hacemos, el vehículo estaciona siempre en
la puerta de una casa de la Algueña que es especial y en esta ruta descubrimos
porque…
Al parar la puerta verde se abrió y de allí salieron dos
hombres “del poble” que estaban abriendo las puertas de par en par para hacer
unas fotos de lo que había dentro: una herrería antigua. Enseguida nos
saludaron, saludo que fue devuelto y nos interesamos por lo que estaban
haciendo; un documental sobre la herrería y su dueño, el herrero del pueblo. El
lugar parecía sacado de un cuento de la época medieval. Una forja de carbón, un
yunque con un martillo, tenazas y moldes, herramientas de todo tipo y de todas
las épocas…
El herrero (un monumento viviente, como le llamaban sus
amigos) nos invitó muy amablemente, como les caracteriza a las gentes de la
Algueña, a pasar para hacernos unas fotos y acordarnos de este momento para
siempre.
En nuestro album de Picasa podéis ver estas fotos.
Fue toda una sorpresa y un añadido espontáneo del viaje muy
interesante. Nada de lo que nuestros visitantes new yorquinos podían encontrar
en su ciudad de origen.
Encantados de la vida seguimos rumbo a la bodega en donde
nos esperaban Paco y Cristina, nuestros grandes anfitriones de esta
cooperativa.
Realizamos la visita y la cata, que les encantó a todos. Con
los vinitos en el cuerpo nos iba entrando la tontería y comenzamos a cambiarnos
los nombres. A Ron le pusimos Ronaldiño, a Rachel, Raquel, a Lily, Lolita y
para los que no estaban, familiares de los asistentes, también teníamos nombres
nuevos: Allan tú serás Alancito, Jane, tu nuevo nombre en Alicante es Juanita y
Jo, tú serás Pepito.
Entre risas y cachondeo terminamos la visita, dimos una
vuelta por el pueblo y después nos fuimos a comer los platos típicos de la
zona.
De nuevo un día muy agradable, entre gente muy simpática y
dicharachera que terminaron la visita con unas ganas enormes de hacer, de
nuevo, una “Spanish siesta” como toca.
Un saludo a Raquel, Ronaldiño y Lolita. Esperamos que lo
hayáis pasado genial y también veros pronto por Alicante.
Nota (1) Desde aquí queremos hacer constar que no nos gusta
nada el aspecto del casino nuevo de Alicante. Le quita todo el encanto que el
puerto tenía antes de que fuera construido. ¿Por favor, no podemos eliminar
esas luces de neon horribles de la fachada?
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